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miércoles, 27 de abril de 2011

5to. Cs. naturales Cuestión de identidad en la literatura latinoamericana

De todos los debates que aún convoca la existencia o no de una producción literaria esencialmente latinoamericana, el más antiguo y más polémico es el que se interroga sobre la cuestión de identidad.
¿Es Latinoamerica un continente diferenciado? ¿Los criterios con que se lo evalúa provienen de las metrópolis europeas? ¿Los intelectuales latinoamericanos son intelectuales "colonizados"? ¿Qué lugar ocupan el indio y el negro en esa identidad?
Rasgos culturales que nos reúnen en un mismo Tercer Mundo aún son fundamentales para dotarnos de cierta identidad continental, al menos desde los aspectos social, político y económico: entonces, también cultural.
En primer lugar, los países del continente son tributarios -todos- del colonialismo ibérico y, como consecuencia, de los procesos independentistas, cuyos patriotas más relevantes (San Martín, Bolívar, José Martí, entre otros) imaginaron una gran nación latinoamericana.

El crecimiento económico de los Estados Unidos impactó en los países latinoamericanos, a lo largo del siglo XX, impidiendo la autodeterminación de estas naciones. En efecto, las políticas internas siempre se prefiguran en alineación con los Estados Unidos.


Étnicamente, el rasgo característico de Latinoamérica es el mestizaje. Por eso, tanto lo europeo como lo aborigen son ingredientes de importancia fundamental. Este aspecto étnico también prefigura, en lo cultural, un carácter híbrido muy marcado.
Estéticamente, esta hibridez ha llevado a plantear una conciencia cultural en esencia compleja.
En muchos países la literatura conjuga no sólo tradiciones indígenas y europeas, sino también la de los negros, como en la zona del Caribe, donde se aúna la tradición católica con la africana.
Asimismo, la cultura latinoamericana funde, en una misma producción, tradiciones de la cultura llamada "alta" con manifestaciones populares: el tango de Astor Piazzola, por ejemplo, es una síntesis de eso.

A la hibridez generada por la síntesis de lo europeo y lo aborigen hay que sumar la influencia de los medios masivos de comunicación [y la de las Tics, en general] que sintetizan y superponen elementos de la llamada "cultura alta" con los de la "cultura popular".
Los medios [y las Tics] reúnen manifestaciones disímiles que configuran extrañas formas de cultura, pero que son consumidas con avidez.
Conceptos como "enciclopedia" y "fútbol", que pertenecen a ámbitos distintos, aparecen reunidos en publicaciones en fascículos, que pueden comprarse junto con algunos de los periódicos prestigiosos. La televisión actual [así como también muchos sitios de internet] nos ofrece muchos ejemplos de esta hibridez.
Los programas en los que un intelectual reconocido, abogado o licenciado, analiza pormenorizadamente los escándalos matrimoniales de una estrella famosa o la vida de una reconocida figura del fútbol mundial son un ejemplo de esto.

Ritmos africanos con violines, zambas con sintetizadores son mezclas que algunos analistas de la cultura reconocen como propio de lo latinoamericano de las últimas décadas y que, de acuerdo con este parecer, posibilitarían la interacción de las clases populares con la sociedad global y la cultura de masas.
Mario Vargas Llosa
Muchos personajes de nuestra literatura actual construyen un esencial latinoamericano, que puede reconocerse, por ejemplo, en cualquier arquetipo de los personajes descriptos tanto por el escritor peruano Mario Vargas Llosa [actual premio Nobel de Literatura, y recientemente invitado de honor en la Feria del Libro capitalina] como por el colombiano Gabriel García Márquez: dictadores eternos, campesinos empobrecidos y convertidos en "buscavidas" inescripulosos, tiranos graciosos y desprolijos; con climas tropicales que percuden tanto la vida como la piel... en un tránsito permanente hacia una identidad que se dispersa en orígenes disímiles.
Gabriel García Márquez

Frag. extraído de Literatura argentina y latinoamericana (De Luca - Di Vincenzo). Santillana

Luego de la lectura del texto anterior, y en relación con este tema,  veamos el discurso que pronunciara  Gabriel García Márquez en Estocolmo, cuando recibió, en 1982 el Premio Nobel de Literatura. Lo tituló: La soledad de América Latina 
(Para leerlo, hagan clic en el enlace anterior)