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sábado, 21 de agosto de 2010

Una de mis poesías

After a Storm (después de la tormenta) Seaside, California.
Fotografía extraída de las imágenes predeterminadas de mi PC.
La Mar

Soy principio en el vientre de agua de mi madre;
y soy agua, furia, misterio...
Una piel de tierra me sostiene;
entonces, descubro mis brazos acaracolados,
mi vientre de espuma, mis pies "incansados".
Andar, andar, andar...
es mi destino y mi fuerza estas olas,
todos los días, nuevas...
Esta es mi lucha: romperme y rearmarme;
andar, andar, andar...
¡Qué misterio el misterio que llevo conmigo!
A veces soy un pez; otras veces, tormenta.
Y, cuando el sol me besa y abraza con su fuego,
soy lluvia, arco iris, estrellas...
Soy sonido y música que espera,
una mano que me alcanza
y una paz que me eleva.
Andar, andar, andar...
hasta que muera...
hasta mi fin, aquí, en la arena.

Araceli Casagrande (Chely) 

Puerta al corazón y a la esperanza: Quino, un grande

Puerta al corazón y a la esperanza: Quino, un grande

INSTE News From Europe: In Hungary - Rest Day in Vác

INSTE News From Europe: In Hungary - Rest Day in Vác: "After 2 days of driving to where I'm staying in Hungary, I decided that Monday would be a 'rest day' for me. Mary Jill, a missionary friend,..."

Mirando Buenos Aires

Ayer viajé a Buenos Aires con dos alumnas. Ambas se llaman Micaela y no tienen segundos nombres. Acordamos llamarlas Peppi y Mica, respectivamente apelando al sentido común del uso de los sobrenombres que, para eso, están.
Fuimos a participar de la XI olimpíada de poesía que organiza APOA (Asociación de Poetas Argentinos), todos los años. Esta vez, se llevó a cabo en la Legislatura porteña, sita en Perú 160 de la capital argentina.
turismo.com.ar
Después del certamen y aprovechando nuestro tiempo libre, caminamos por Florida, husmeamos todo tipo de localcito, local o puestito que llamara la atención a nuestra curiosidad femenina; almorzamos en un lugar de comida chatarra, para no perder la costumbre adolescente que uno lleva consigo (las chicas, realmente. Yo, tardíamente); y caminamos, caminamos. Agotadas, encima, nos manejamos en subterráneo, a las 18.30 (hora caos, para los porteños; hora re-caos, para los foráneos como nosotras).Pero, después de tanto rodeo, trataré de ir al punto: cuántas caras, cuántos modos de vida, cuántas formas de ganarse la vida, cuánto despilfarro de energía, cuántas motivaciones, cuánta diversidad. Uno, como espectador, se queda absorto disfrutando de la multiplicidad de las personas, los momentos y las cosas. Y, en mi caso, pensando... Buenos Aires da para todo o para casi todo. Pues, la tranquilidad de mi hogar, lo sencillo de mis movimientos cotidianos, el estrés más dosificados dudo mucho que se encuentren en tan efervescente, deslumbrante e inmensa ciudad.